Advertencia: A continuación, no espere un artículo sobre la condición medioambiental y conciencia ecológica de nuestro planeta planteada desde la «metáfora» que el titulo representa.
Hoy vengo decidida a hablar sobre el paradero actual de uno de mis héroes de la infancia: El Capitán Planeta, y de sus respectivos planetarios.
Para quienes no estén familiarizados con este personaje, el Capitán Planeta es el protagonista de una serie de culto de los 90’s que, como algunos ya podrán imaginar, estaba dedicada a educar a niños y jóvenes sobre como cuidar nuestro mundo. Una serie de realización noventera tan sublime que los estereotipos quedan, a la vista de todos, perfectamente marcados. Y, a pesar de que esto anterior ya no sorprende a nadie, y de que cada quien es capaz de sacar sus propias conclusiones, le ofrendaré un par de párrafos a un resumen de los personajes:
Con la ayuda del primer capítulo para refrescar la memoria, comenzaré con Los planetarios, que son los elegidos para ayudar a salvar al planeta. Los planetarios son cinco y vienen de diferentes rincones del globo:
-Kwame: Viene de África (no se específica de qué país; los gringos no conocían ninguno) y tiene el poder de la tierra. Es prudente, agradecido y negro, pero eso ustedes ya se lo imaginaban.
-Gi: Viene de Asia (tampoco se especifica el país, quizás para evitar conflictos políticos, pero me atrevería a decir que es Tailandesa) y tiene el poder del agua
-Wheeler: Viene de Norteamérica, específicamente de Brooklyn. Es osado e irrespetuoso; un cabrón. Es el primero que le responde a Gaia, con palabras que en la traducción latina resultan ser: «Oiga, ¿¡podría explicarnos qué pasa aquí!?», pero yo me tomo el atrevimiento de decir que su diálogo original era algo como «Hey! What the hell, dude!?».
-Linka: De la Unión Soviética (¡Viva la hermandad entre potencias!) con el poder del viento. Ella es inteligente, intensa y objeto del coqueteo del gringo idiota:
«-Linka: Salvar a nuestro planeta es algo importante, sin embargo somos muy jóvenes, ¿cómo podremos ayudar»
-Wheeler: Oye me encanta tu acento, linda, ¿eres rusa?
-Linka: Soviética, y por favor ¡aléjate!
-Wheeler: Me encanta…»
-Matti: De América del Sur (Según mi criterio, de algún lugar del Amazonas) tiene el poder del corazón (¿¡El corazón!? Bueno, se los dejo de tarea). El es cálido, alegre, y, como todo latino, anda sin polera y con su respectivo primate sobre el hombro, ¡todo un ejemplo!
(Los planetarios tienen todos unas poleras topísimas con el mismo logo que el del traje metrosexual del Capitán Planeta.)
-Gaia: Es el omnipotente espíritu de la tierra que toma forma de mujer y es quien escoge a estos cinco jóvenes para proteger al planeta de los gordos y velludos capitalistas.
-Capitán Planeta: Es quien de verdad importa. El que nace cuando todos los poderes se juntan (aunque estoy segura que se podría prescindir de «corazón«). Poderoso hombre azul de dudosa condición sexual, que al volar deja una estela del mismo color de su cuerpo y el brillo de sus ojos te hace pensar, solo por un momento, que la huella de carbono no existe.
Este equipo se ocupa de mantener el aire respirable y los mares transparentes. Lograron sus objetivos durante seis temporadas hasta que, en 1996 desaparecieron de las pantallas de Cartoon Network y, por lo tanto, de nuestras vidas. ¿Dónde fue a parar nuestro querido Capitán?
Una de mis teorías personales es que, debido a la separación de los planetarios, nunca más se juntaron los poderes necesarios para convocar al ambientalista azul más famoso de los 90’s. Esta separación se habría producido debido a la diferencia en los intereses de cada uno de los jovenes: Wheeler y Linka se casaron, pero la violencia intra-familiar hizo que Linka escapara y solicitara la ayuda de un programa de protección de testigos. Wheeler tuvo que cumplir una condena de aproximadamente diez años, mientras que Linka regresó a Moscú. Por otra parte, Kwame se mudó a New York, se nacionalizó estadounidense y luego recibió el título de embajador de su país (hasta el día de hoy no sabemos el nombre) en Estados Unidos. El 11 de septiembre del 2001 falleció en el atentado a las torres gemelas. Matti también se mudó a New York, se olvidó de la contaminación y puso un restaurante Mexicano que después de tres años fue clausurado por incumplimiento de la norma sanitaria. Por último, Gi, sin saber qué hacer y todavía con el afán de cumplir la labor ecológica, intentó participar como activista de Greenpeace, pero luego de tantas decepciones a las que no estaba acostumbrada, decidió establecerse en un pequeño pueblo de Utah junto a su novio y hoy desempeña el cargo de guía de un grupo scout. Dona $5 todos los meses a Greenpeace.
Otra teoría es una conspiración política liderada por Bill Clinton para asesinar al Capitán y así dejar el ambientalismo en manos de figuras políticas como Al Gore y Ricardo Lagos Escobar, pero aún no logro desarrollarla lo suficiente.
Evidentemente ya no es importante cómo o dónde terminó mi querido Capitán Planeta, ya que, el día de hoy nos damos cuenta de que su labor era absolutamente sustituible, la contaminación ha sido controlada de manera eficiente y, hoy, el mundo sonríe 😀